Buda Shakiamuni nació hace unos 2.560 años en Lumbini, actualmente Nepal. Después de una larga búsqueda, reconoció la naturaleza de la mente mientras estaba en un estado profundo de meditación y alcanzó la iluminación. Buda enseñó durante 45 años en la cultura altamente desarrollada del norte de la India.

El Budismo es la religión principal de varios países del este asiático. Desde principios de los años setenta, la profunda visión budista, con su gran variedad de métodos, ha inspirado y fascinado a un número cada vez más elevado de personas en las culturas occidentales.

Buda enseña sobre la última y condicionada existencia de una manera que hace que el Budismo sea directamente relevante en nuestras vidas diarias. El entendimiento de esto, hace  que la experiencia de la felicidad duradera sea posible. El Budismo no proclama dogmas, en lugar de esto nos alienta a preguntar criticamente. Utilizando las meditaciones correctas, el entendimiento intelectual de las enseñanzas se vuelve una experiencia personal duradera.

La meta de las enseñanzas de Buda es el desarrollo completo del potencial innato del cuerpo,habla y mente.

El linaje Karma Kagyu pertenece a una de las cuatro escuelas principales del Budismo Tibetano. Como linaje de transmisión oral directo, especialmente valora la meditación y a través de la interacción con un maestro cualificado, nos puede llevar a una experiencia directa y completa de la naturaleza de la mente.

Buda Shakyamuni enseñó los métodos Karma Kagyu a sus estudiantes más cercanos. Estos métodos fueron transmitidos más tarde a los maestros budistas indios (Mahasiddhas) Como Naropa y Maitripa y a los famosos yoguis tibetanos Marpa y Milarepa que formaron el linaje como un movimiento laico naturalista. Desde el siglo XII los sucesivos renacimientos conscientes de los Karmapas han mantenido las enseñanzas vivas y poderosas hasta hoy.

Hoy en día los maestros Budistas (en tibetano, Lamas) como el 17° Gyalwa Karmapa Thaye
Dorje, Sherab Gyaltsen Rinpoche y Jigme Rinpoche transmiten esta sabiduría inquebrantable. Ellos apoyan el trabajo de los centros del Camino del Diamante alrededor del mundo.

Nuestros centros budistas y grupos de meditación ofrecen al mundo moderno fácil acceso a las meditaciones y enseñanzas del Budismo Camino del Diamante. El tejado del Budismo Camino del Diamante está apoyado en tres pilares: enseñanzas no- dogmáticas verificables, meditación y los medios para solidificar los niveles de conciencia que han sido alcanzados. De  esta manera, el Camino del Diamante ofrece al mundo moderno los métodos más hábiles del Buda. Ayuda a descubrir y a desarrollar la riqueza interior para el beneficio de todos los seres.

Buda dio instrucciones para tres tipos diferentes de personas. Para aquellos que querían evitar el sufrimiento, recibieron enseñanzas sobre causa y efecto («El Camino Pequeño», en sánscrito Hinayana, también: Theravada, «La escuela los mayores»). Para estos que querían hacer algo más por los demás, recibieron enseñanzas acerca de la compasión y sabiduría, llamado el Gran Camino (en sánscrito Mahayana).

A la gente que tenía una fuerte confianza en su propia naturaleza búdica y en la de otros, el Buda les enseño el Camino del Diamante (en sánscrito Vajrayana). Aquí él se manifestó en formas de emergía y luz o directamente transmitió su visión iluminada como una corriente de conciencia, el «Gran Sello» (en sánscrito Mahamudra).

En el Camino del Diamante uno aprende a experimentar el mundo desde un punto de vista enriquecedor y de liberación de uno mismo. Las meditaciones del Camino del Diamante desarrollan una riqueza interna profunda y nos llevan a una mente no- artificial e inquebrantable donde toda actividad iluminada puede desarrollarse.

Karma significa causa y efecto. No significa destino. El entendimiento que cada uno de nosotros es responsable de nuestras propias vidas hace posible generar impresiones positivas con palabras, pensamientos y acciones de una manera consciente. Esto trae felicidad y nos ayuda a evitar las causas del sufrimiento en un futuro.

Liberación significa el ser consciente que el cuerpo, pensamientos y sentimientos están en un constante estado de cambio. Por lo tanto, no hay una base para la existencia del ego o del «yo». Al darse cuenta de esto, uno ya no se siente como un objetivo y deja de tomarse el sufrimiento de manera personal.

La Iluminación es el segundo y último paso. Aquí la luz clara de la mente irradia a través de cada experiencia. Uno se da cuenta que ver, lo que es visto y el acto de ver son partes interdependientes de la misma totalidad. En cada momento la mente disfruta del surgimiento de sus propias habilidades y todo se vuelve espontáneo y fácil.